miércoles, 14 de abril de 2010

LOS ENSERES DOMÉSTICOS



Para el campesino asturiano, el ajuar o menaje solía limitarse a la disponibilidad de los enseres elementales cuyo uso era imprescindible para cubrir las necesidades de la vida cotidiana. Un recipiente indispensable en la cocina asturiana era la masera, especie de artesa con cubierta, a modo de arca y casi siempre de forma rectangular, que se utiliza para amasar el pan y para guardarlo.
El "arrude" o "arrodu" era un tronco o vara tosca con ramificaciones recortadas, hundido en el suelo y que servía para colgar ollas, jarros y pucheros. Aunque no muy generalizado y en desuso,
solían verse arrudes en las cocinas de algunos municipios de la zona central del Principado (Villaviciosa, Cabranes, Sariego...)
La "ferrada" (herrada) es una especie de cubo, más ancho por la base que por la boca, compuesto de varias piezas de madera, unidas y sujetas por aros de hierro y cobre y asas de uno de esos metales. De uso muy frecuente para el transporte de agua desde la fuente de la aldea hasta la vivienda, iba siempre acompañado de un cazo o cangilón con el se extraía el agua; su capacidad regular oscilaba entre 8 y 12 litros.
El escaño ("escañu", "esquenu", "escanu" o "escano") es un banco con respaldo y brazos, y capaz de que en él se sienten tres, cuatro o más personas. Con una longitud aproximada de 2,5 m. en otro tiempo se arrimaba a la pared del salón principal, hasta relegarse a la cocina. Este banco de madera, que gozó de gran popularidad en las casas asturianas, por lo común tenía adosada una tabla levadiza que era utilizada solamente a la hora de comer.
La "llábana" es una pequeña losa natural, tersa y resbaladiza, comúnmente , por efecto de la acción de las aguas que la baten en los ríos o en sus orillas. Se colocaba encima de las "trébades" (trébede) para cocer la torta de maíz, derretir el tocino, asar torreznos o calentar otro alimento.
Para poner las vasijas al fuego del hogar ("llar") se empleaban las "trébades", un aro con tres pies, y frecuentemente con un asidero largo.
Una tabla adosada a la pared-aveces la misma pared- y de la que sobresalen unos garfios en que se cuelgan carnes, aves y utensilios de cocina, como cazos, sartenes,etc, es la espetera. Aunque desempeña una función a la del "arrude", el vasar o la escudillera, la espetera era utilizada especialmente en algunas zonas para colgar los cucharones, los cangilones y los utensilios trinchantes y punzantes. En su parte superior disponía de una palomilla donde se colocaba la "cacía" o vajilla ordinaria.
Instalada en un rincón de la cocina, al lado del "llar", aunque su estructura suele acusarse en el exterior de las casas campesinas, está la "forna" (también "fornu") para cocer el pan o la borona. Revestida en su interior de trozos de piedra, de teja o de ladrillo, después de caldear la "forna" con leña de roble hasta dejar al rojo vivo, se vaciaba de ascuas y se ponía a cocer el pan o la borona. A continuación se cerraba herméticamente la forna con una tapa de madera que en unas zonas de Asturias se llamaba "tayu" y en otras "tabara", y las ranuras del cierre se untaban con boñiga a fin de que el calor quedara reconcentrado y no pudiera escapar al exterior.
Una piedra horizontal se colocaba a modo de visera sobre la boca de la forna; tal piedra, llamada chispera, impedía que saltaran chispas a la persona que manipulaba la faena .
En la cocina se disponía también un artefacto, la "cuña", que recibe otros nombres de acuerdo con la zona de la región en que se use; así, se denomina "sardera", "sardu", "xardu", "zardu", "ciebu", "cebo"... Consiste la cuña en una especie de zarzo, tejido de varas (frecuentemente de avellano), cañas, minbres o juncos que se coloca sobre el "llar" a fin de extender sobre su superficie para secar o tostar las castañas, las nueces, las avellanas y otros frutos de la cosecha del año, e incluso el embutido de la matanza o "samartín".


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