lunes, 26 de abril de 2010

LEYENDAS DE NUBEROS

Algunas leyendas referidas a los Nuberos hablan de ellos como brujos que gobiernan las tempestades. en este caso el primer testimonio el primer testimonio escrito en el que se hace referencia a un tempestiario data de principios del siglo XIII o finales del XII, es el manuscrito

"Narratio de Reliquiis a Ilyerassolyma ovetum usque translatis" donde se habla del traslado de las Santas Reliquias de Jerusalén a Oviedo y de una mujer llamada Aria que fue exorcizada en el templo del Salvador y después bautizada por un tal "Obispo Gunscellus". La tal Aria hablaba después de su vida de pagana, como tempestiaria y de como siete años atrás ella misma había provocado en pleno agosto tal granizada sobre Oviedo que inundó a sus habitantes hasta las rodillas, mientras ella volaba por los aires gobernando la tormenta.

En el Gumio (Boal)los Nubeiros eran una especie de brujos que leían por unos libros de Magia y producían la tormenta a la cual ascendían para dirigirla, la forma que había para conjurarlos era que el cura les arrojase un zapato.

En Grandas de Salime llegaban montados en la propia nube cargada de agua pero tocando las campanas de Vilabolle les obligaban a marchar puesto que aborrecían el sonido del bronce. Huían diciendo "¿Únde descargo os machos que m´arrevientan?", en referencia a las nubes cargadas de granizo. En Pezós varios Nubreiros amenazaron a un paisano con descargar el granizo sobre su tierra y echarle a perder toda la cosecha.En Vilanova de Bual se decía que vivía un Nubreiru muy feo y muy negro, un día fue hasta Serandías en una nube pero en el camino se encontró con otro Nubreiru que ya venía de allí escapando del sonido de La Capielluda ( es decir, la campana de Santa María de Serandías.

En Vigaña Arcellu (Belmonte) llegó un día un Nubeiru montado en su nube, entonces mandaron llamar al cura para expulsarlo, conjurándolo, éste pidió dos ferradas de agua y los cuatro hombres más fuertes del pueblo para que le sujetasen no fuese a tirarlo el temporal. El Nubeiru posó cada uno de sus pies en las ferradas llenas de agua y preguntó donde se descargaba la nube: "¿Aou descargo, que m´arrevientan los machos?". El cura lo conjuró al Gallu Carrizeu y hacia ese pico se dirigió el Nubeiru. Al llegar a un lugar conocido como La Seita apedreó todo el granizo que llevaba de modo que allí nunca volvió a crecer vegetación. En otra ocasión el Nubeiru tuvo que escapar sin descargar su tormenta porque en San Martín de Cezana comenzaron a tocar las campanas llamadas El Chucarón y La Perrucade Cezana. Se decía que el Nubeiru vivía en los montes de León y que una vez le dijo a un rapaz que estaba pastoreando por el monte " Si vas a Tudela pregunta por Xuan Cabrita".

En Cesniye de Turón (Mieres) un día de neblina se acercó al pueblo un Nubiru al que dieron hospedaje en una casa porque había bajado a la tierra y hasta que la neblina no se alzara de nuevo, no podía marchar. También en Turón en el Riquixu, un día cayó un Nubiru, pero se trataba de un hombre barbudo pequeño y oscuro, no de un gigante, una paisana lo tapó bien con una hoja de berza y le dio hospedaje hasta que pudo marchar montado en una nube. Y es que aunque el Nuberu se aparezca a veces como una figura fantasmasgórica de proporciones gigantescas cuando baja a la tierra lo hace como si de un pobre pidiendo limosna se tratase y según se portan con él así actuará en consecuencia con ese pueblo descargando el granizo o la lluvia. En Artidiellu, Lligüeria (Piloña) cuentan que un rayo mató una vaca y con ese rayo cayó el Nuberu a tierra, era un hombre muy feo, barbudo y pequeño de estatura. Se encontró con dos rapacinos que estaban cuidando el ganado. Al principio le tenían miedo pero él les tranquilizó y les dijo que se llamaba Xuan Cabrita, les pidió permiso para pasar la noche en su cabaña, a lo cual accedieron. Repartieron con él la leche y la boroña que tenían. Por la mañana les pidió que hicieran fuego con leña verde y mojada. Al producirse el humo, el Nuberu fue escalando por él hacia las nubes para poder marchar se despidió de ellos y les dijo "Si vais a la ciudá de Brita entrugais por Xuan Cabrita". Pasó el tiempo y uno de aquellos rapacinos se hizo hombre y un día embarcó pero el barco naufragó y agarrándose a un pedazo de madera llegó como pudo a tierra. Estuvo mucho tiempo viviendo de la caridad en tierras desconocidas hasta que llegó a un pueblo que se llamaba Brita, se acordó entonces de la despedida del Nuberu y preguntó cual era la casa de Xuan Cabrita. Al picar a la puerta le abrió la mujer del Nuberu que le dijo que su esposo no podía recibirle puesto que estaba de viaje y llegaría tarde. Le hizo pasar y le encerró en un cuarto muy oscuro lleno de humo. Cuando el Nuberu llegó de noche, le dijo que olía a "cristianuzu" pero su mujer le dijo que era un hombre de Lligüeria que le había conocido en la Canga Xuangayu. Entonces dijo Xuan Cabrita: "Coimes, esi home entós, ye amigu míu, non a esi nun se mata non". Sentó al rapaz a cenar con él a la mesa y estuvieron hablando de muchas cosas, al preguntarle por su tierra le contó que precisamente venía de Lligüeria de descargar una nube de granizo y que la esposa del rapaz se iba a casar nuevamente porque allí pensaban que había muerto y todo el pueblo pensaba que ella era viuda. El rapaz se preocupó mucho porque no podía impedir la boda puesto que se encontraba a km. de distancia pero Xuan Cabrita le tranquilizó. Prometió llevarlo volando subido sobre él por los aires. Le dio un pincho y le dijo le fuera espoleando con él diciendole "Arre demoniu, arre demoniu" pero no se le ocurriera nombrar ni a Dios ni a los Santos porque entonces lo arrojaba al suelo. Volando por los aires llegaron inmediatamente a Lligüeria, ya era de mañana, y justo pudieron divisar el momento antes de entrar en la iglesia para realizar la boda. En ese momento al rapaz se le escapó decir: "Ay Dios ya veo el mío pueblu". En ese preciso instante el Nuberu pegó tal sacudida que le descabalgó arrojándole al vacío, a pesar de todo tuvo suerte y consiguió quedarse enganchado en un árbol próximo a la iglesia por lo que tan solo sufrió arañazos y consiguió impedir la boda de su mujer. Aurelio de Llano recoge variantes de esta historia en la Mayada de Merguyines en el Puertu´l Sueve y en Taxa (Teberga).
(Alberto Alvarez Peña)

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